sábado, 13 de septiembre de 2014

5 motivos para no recomendar un restaurante para ir con niños


Esta semana recibí la visita de una amiga que vino desde lejos, y la última noche antes de su vuelo, fuimos a cenar a un restaurante de la zona con toda la familia.

Lógicamente quería llevarla a  un lugar entretenido y de buen comer y donde pudiéramos estar tranquilos con Lorenzo que es un bebé.

Opté por ir a un sitio donde había estado en el mes de su inauguración, pues recordaba lo bien atendida que había estado, incluso su dueño nos comentó algunos detalles de la decoración que nos hizo la estancia más acogedora.

Sin embargo, en esta oportunidad, la historia resultó diferente.

Había pasado tiempo desde aquella inauguración, y como casi todos los lugares de la zona, se había puesto de moda. Ahora estaba lleno total. Y el dueño no atendía personalmente.

Fueron al menos 5 los motivos, que describo a continuación, y por los cuales no volvería a comer en este restaurante, ni lo recomendaría por nada del mundo.

1- Llegar con tu familia y que nadie del personal te reciba ni te ofrezca una silla de bebé para comer

2-Que en la carta no haya opción de porciones o extras de verduras o frutas.

3- Que pidas un plato caro y en su lugar te traigan puras papas y nada de lo que dice “gourmet”

4-Que no haya cambiador en los baños. Ni hablar en los baños de ellos.

5-Que la zona no fumadores sea sólo adentro y no haya buena ventilación.

Seguro hay otros motivos más, pero estos son los que me acuerdo porque me molestaron mucho.

Y tú qué dices, ¿qué cosas imprescindibles tiene que tener un sitio para ir a comer con tu bebé y qué cosas harían que no recomendaras un restaurante?

domingo, 13 de abril de 2014

Un socio para mamá emprendedora



Yo no lo había contado, pero mientras estuve embarazada de Lorenzo abrí una tienda de vestidos y bicicletas para chicas en el Barrio Italia, un barrio muy trendy y exclusivo de diseño en Santiago de Chile.

Luego de varios meses la cerré porque las dueñas me pidieron la casa donde estaba el local. Entonces abrí una tienda online y ocasionalmente un showroom, porque con Lorenzo igual no me quedaba tiempo para dedicarme full time a atenderla personalmente y menos si tenía que empezar un local nuevo de cero.

Este mes de abril me invitaron a participar en una feria al aire libre. Entonces aproveché de vender mis cosas de diseño y otros productos que me quedaron de la temporada anterior.

Montar el stand no fue muy complicado, sino más bien cargar en el auto todos los bártulos que tenía que llevar. No tenía mucho tiempo de prepararme así que fui con lo que tenía. Lo que sí alcancé a hacer, fue un perchero móvil. Genial idea.

Y la verdad, me fue estupendamente bien. Fui de la última en llegar y la primera en irme. Porque ya había vendido montones, y en abril, cuando el sol se va, el frío se siente.

Eso demuestra que cuando tienes un buen producto, das un buen servicio, y tienes al mejor vendedor del mundo atrayendo todas las miradas, nada puede salir mal.


lunes, 24 de marzo de 2014

"Dice que está contento"




En una ocasión fuimos con Lorenzo a un Centro Holístico cerca de casa, con la intención de apuntarnos a una clase de yoga y mantra para mamás/papás y bebés.

Me llamó mucho la atención que el acceso a este centro que promocionaba cursos para bebés tuviera como única puerta de entrada una escalera estilo caracol. Un detallazo.

Mientras esperaba en la recepción, uno de los "chamanes" que estaban de intercambio en el centro, miró a Lorenzo y algo murmuró. La chica que me atendía me explicó que este señor tenía la capacidad de hablar con los bebés, que los escuchaba por medio de la mente.

Le pregunté qué era lo que Lorenzo le decía.

_Dice que está contento, respondió.

_ ...

_ ...


(Qué buen chamán eres man, te pasaste)

sábado, 15 de febrero de 2014

Hoy ha sido un día emocional


Eso para definir el asunto en una sola frase.

Pero en realidad ha sido un día de injusticias.

Mientras en la otra parte del mundo, un grupo de mujeres y hombres aplaudían la decisión de controlar mi cuerpo y el de todas las mujeres en edad fértil, de este lado del mundo, donde ni siquiera se ha debatido el asunto, también quieren controlar mis emociones.

Por eso he comenzado este relato diciendo que hoy ha sido un día emocional.


Después de varios días haciéndome la distraída, he ido al vacunatorio para dejar que inyecten a mi hijo simultáneamente con 7 virus dispuestos en 3 pociones mágicas.

Mi hijo, que es un pequeño de 2 meses, ha llorado de dolor y de miedo, como era de esperar. La primera vez en 2 meses que veo llorar a mi hijo de dolor y de miedo, sí de dolor primero y de miedo luego, pues no era posible tocarle las piernas donde le inyectaron porque lloraba de miedo a que volvieran a hacerle daño.

Y antes y durante todo esto sucediera, la enfermera me decía que no debía ponerme mal, me decía qué no debía sentir y qué sí debía sentir. Como si fuera un prospecto.

Y luego, durante el regreso a casa, el niño empezó a llorar otra vez de dolor, y cuando amagué con una lágrima, enseguida hubo quien me dijo que no, no debes.

Y finalmente me acuerdo de lo que sucedió del otro lado del mundo, y me siento triste, porque parece que aunque una es fuerte, es inteligente, es lista o no, da igual. En esto de la maternidad o en el mundo del cigoto y del ovario que lo contiene, siempre habrá un otro u otra, que te dirá qué puedes hacer o no, qué puedes sentir o no, y cómo debes hacer las cosas.

Algunos lo llaman valores, otros moral, algunos lo llaman ayuda, otros condescendencia. Lo cierto es que yo no he pedido nada de esas cosas.

A veces pienso que es mejor vivir sin despertar, sin analizar todo esto y seguir como antes, sin darte cuenta de las cosas. Pero cuando eres consciente de todos estos detalles, la vida que habías vivido antes de que él comenzara a formarse en tu vientre, se enajena y se vuelve asunto de interés e injerencia de todas las personas con las que te encuentras en el camino cuando vas con un bebé o con una barriga prominente, según sean sus ganas o no de meterse contigo, tu cuerpo, tu ovario y tu recién nacido.

Por eso, hoy ha sido un día emocional,  lleno de emociones pero sin una lágrima. Lo cual es peor aún. Por suerte existen las palabras.

jueves, 30 de enero de 2014

Una vuelta de tuerca a lo inevitable: dormir menos y hacer más cosas.




Estoy experimentando una nueva rutina de sueño que me sea más productiva, sobre todo para alguien que “siente que tiene demasiadas cosas que hacer que no hace” + 1 bebé, que ya hizo. J

Se llama Everyman y consiste en una rutina de sueño polifásico, una fase principal de 3 horas y media, y 3 siestas de 20 minutos cada una o 2 de 30. Por ahora he fracasado los primeros 3 días. Pero sigo. Que no decaiga, me digo a mí misma.

He de decir que llevar esta rutina, que de por sí es difícil de cumplir, se complica bastante cuando tu agenda diaria depende en gran medida de otra personita llamada bebé lactante, el cual, como todo el mundo sabe, demanda comer cada 3 horas, y todas las demás cosas que demanda un bebé. Pero es justamente este asunto el que me llevó a buscar una alternativa para regular mi sueño y mis horas de actividad de una manera diferente de la modalidad monofásica (la que la mayoría usa que es dormir de un tirón al menos 7 horas).

Algunas de actividades propuestas para esta modalidad, consiste en aprovechar la mañana temprano a partir de las 5 a.m para hacer actividades que te relajen como meditar, hacer ejercicios o yoga, complementar con una ducha rápida y un contundente desayuno que incluya frutas y batidos verdes.

Durante el horario típico de oficina aprovechar para hacer las tareas de trabajo y demás pendientes que se tenga, como responder correos, planificar acciones, y todo trabajo que requiera más concentración. 

Y no olvidarse de intercalar las siestas.

En mi caso, se me está haciendo muy difícil, porque en realidad mis siestas son SUS siestas, y no todas las siestas coinciden con mis ganas de dormir, además de que en realidad necesito que él duerma para poder hacer otras cosas que con él despierto se me complica.

Al margen de esto, voy a investigar este método a ver que resulta. Debo estar loca, creo yo.