martes, 27 de octubre de 2015

EL DÍA DEL NACIMIENTO DE OLI


Un parto sin analgesia es posible!

 



Estaba viendo la típica película americana, de sábado después de las 12 de la noche. Dos chicas conversando tranquilamente, una embarazadísima, y de repente esta pega un tremendo grito: “ahhhh!!!, viene el bebe”, alboroto, gritos, dolor, hospital, silla de ruedas, Y por último, cuando se la llevan, un grito de fondo: “pide epidural, pide epidural”. Y se acaba la película.


Pero la cosa no termina ahí, empieza otra película (de bajo presupuesto también), y la misma historia, pero en otro escenario, una mujer embarazada, hablando con su madre por teléfono acerca del parto, comentándole que quería tener a su hijo de forma natural. Respuesta de la madre: “estás loca, tú no sabes lo que dice ni lo que quieres”, y siguieron una serie de argumentos sin sentido acerca de la decisión de la futura mamá.


Lo que me motivó para escribir este post, eran las 3 de la mañana, sola en casa, con quien iba a discutir de este tema, que mejor que compartirlo con ustedes entonces.


A ambas escenas no les cabe un tópico más sobre el parto. Una imagen repetida miles de veces: parto doloroso, casi insoportable, gritos, sudor, la típica respiración, el hombre dándole la mano para que apriete, o desmayándose, o llegando tarde, ellas estupendísimas siempre ... ufffff que harta estoy de esto.


Pero lo grave es que este modelo mediático de parto doloroso haya calado en una parte de la sociedad y crea que un parto no medicado es un horror. Y lo peor, es que así lo relatan, muchas veces en tono de verdad absoluta. Con esto no quiero decir que no respete a las mujeres que quieren epidural o cesárea, sino todo lo contrario, somos libres para tomar decisiones. Y eso lo respeto absolutamente.


A lo que me refiero es a aquellas personas que cuando le dices “No quiero epidural”, te contestan: “estás loca”; “eso es imposible”, “no vas a poder”; el dolor es insoportable” … Loca porqué???, si durante generaciones y generaciones las mujeres parieron de forma natural. No estoy loca por decidir hacerlo de esta forma, porque tampoco creo que estén locas aquellas mujeres que elijan epidural por ejemplo. Y lo que más rabia me da es que otra mujer me diga que estoy loca.



CRONICA DE UN PARTO SIN EPIDURAL


Yo tuve un parto sin analgesia .. Y con la primera contracción no grite como si me hubieran clavado un cuchillo en la panza.


Mi primera contracción llego sobre las 11. Esa mañana me había sentido con la panza revuelta, pero estaba muy bien de ánimo, con visitas en casa. Bajamos a comer, dimos un paseo y acompañamos a un amigo al aeropuerto, en metro (en este caso es relevante), que volvía a Argentina. Llegamos a casa devuelta sobre las 20 hs. Durante toda la tarde estuve con contracciones. Las iba anotando en el móvil. Pero sólo se lo dije a mi chico.


Hice yoga durante todo el embarazo y la preparación al parto también. Queríamos recibirla de forma tranquila. Estar el mayor tiempo posible en casa durante las contracciones, pero como dije había visitas y nos adaptamos a la nueva situación.


Durante toda la tarde estuve con contracciones, no eran muy dolorosas, empezaban en la cintura e iban hacia delante (la parte baja de la barriga). Durante todo el proceso siempre estuve atenta a mi respiración. Al volver a casa ya se intensificaban un poco, por lo que me senté en la pelota de Pilates, que me aliviaba mucho, y de paso hacía ejercicios de rotación y traslación.


Cuando tiré el tapón mucoso, le dije a mi chico: “¡Ya llega!”. Nos fuimos a dormir, pero las contracciones empezaron a molestar un poco más y acostada no estaba cómoda. Así que me levanté y a la pelota, estuve un rato haciendo ejercicios y respirando, y cuando ya fueron cada 5 minutos le dije “¡vamos!”. Cogimos las cosas y bajamos los 4 pisos por escalera (no tengo ascensor, también es relevante este dato). Al llegar al hospital aparcamos y nos fuimos caminando hasta urgencias. Eran sobre las 3 de la mañana, no bajamos los bolsos ni nada, pensé que volvía a casa ja!. Cuando me ve la matrona me dice q estoy de 5,5 de dilatación!!!. Nos quedamos como vinimos.


Las contracciones fueron aumentando, y es verdad que el dolor se intensifica, pero nunca en ningún momento deje de confiar en mí, y en que podía hacerlo. Concentrada siempre, con los ojos entreabiertos y respirando de manera consciente. El papá de Oli de a rato me hacía bromas, o hablaba por teléfono o me hacía fotos :)


Yo estaba en modo parto (como dice Carmela, la profe de yoga).


Siempre estuve en movimiento, en la pelota, caminando, en una mecedora (un gran descubrimiento, mecerme me aliviaba también bastante), hasta un baño muy calentito nos dimos los dos juntos. El baño fue de lo mejor, nos sentó tan bien!!.


Debo decir que me toco una matrona excelente que me respeto y alentó en todo momento. Pasada las 12 horas de parto activo me faltaba un centímetro para dilatar. Así q fuimos a paritario, caminando (porque así lo quise), si no dilataba me pondrían oxitócina. Pero en este último sprint Olivia se abrió camino (y no hizo falta la oxitocina); llego con un montón de pelo negro oscuro y el ojo derecho cerradito ja!. Recuerdo eso y la cara del papá, llorando de la emoción!. Y yo muy feliz y cansada!


Pero a pesar de que todo salió bien, y pude dar a luz como deseaba, no estaba cerrada a nada. Es decir no quería vivir como una frustración si me decían que era necesaria una cesárea, o si pedía epidural o algún otro tipo de analgesia; sino como un cambio de planes. Queríamos que el día del nacimiento de Oli sea feliz, de la forma que ella eligiera venir.








UN PARTO SIN ANALGESIA ES POSIBLE


Podemos parir como nuestras abuelas. Podemos parir como elijamos. Pero debemos despojarnos de años y años de machaque con los típicos preconceptos que rodean al parto.


Pensar que es posible, visualizarlo, creer en nosotras y en todas las mujeres que trajeron a sus hijos al mundo de forma natural, informarse, leer, redactar un plan de parto, prepararse para ese día, “el día”. Y por supuesto, hacer partícipe a vuestro/a chico o chica de este gran momento, están para mucho más que para sostenernos la mano o secarnos el sudor de la frente, se los aseguro.


Y por último, ser personas tolerantes y respetuosas de los demás, pues no estamos locas, ni somos unas naturistas chifladas o hipies modernas por querer tener un parto consciente y natural.


Simplemente es una elección de vida.