lunes, 25 de abril de 2016

Cómo ser una mamá calmada. (Paso 1)


Repasando mis propósitos de comienzo de año, encontré uno aislado, que decía "mi principal reto ahora mismo es calmarme". Sí, parece que los últimos meses del año o los comienzos del nuevo estaba un poco fuera de mi centro. Así que tomé cartas en el asunto de manera conciente y decidí hacer algo concreto: ponerme un desafío personal a corto y largo plazo, y cumplirlos.



El resultado: hoy me siento tranquila, relajada y siento que he conseguido el reto tal como lo había decretado.

Una casa más organizada, un hijo más feliz, y un esposo que está notando el cambio. Pero sobre todo, me siento yo misma más a gusto con mi persona, con mi centro de energía y satisfecha con los resultados obtenidos.

¿Cómo lo he conseguido?

Bueno, esto es un proceso lento y constante, que requieren una serie de pasos y acciones. Como me gustaría compartir aquí todo el proceso, sin hacer un post interminable, voy a tratar de dividir el proceso paso por paso, y tal vez salgan varias entregas de este post. Pero comencemos por el principio y vemos cómo nos va. A lo mejor, te puedes apuntar tú también y compartimos logros :)


Ponerme un desafío por escrito, y crear un slogan


Había escuchado la historia de Sheila, una mamá de USA que creó una iniciativa llamada "El desafío del rinoceronte naranja". Este desafío consiste en estar un año sin gritar a sus hijos. Sheila se sintió avergonzada el día que se vio a sí misma gritando a sus cuatro hijos, siendo sorprendida por un obrero que estaba trabajando en su casa.
En ese momento, se propuso cambiar, pues eso la hizo reflexionar de que si le avergonzaba lo que pudieran pensar terceras personas, más debía avergonzarla lo que pudieran pensar sus hijos.

Así surgió la historia, y toda una comunidad a su alrededor.

En Facebook, en español puedes unirte a la comunidad aquí.

Inspirada en esta historia, me he puesto mi propio desafio.

Yo no estaba gritando demasiado y según mi entender estaba siendo muy paciente. Pero un día, escuché al vecino de arriba gritar a su hijo; y otro día, estando en la casa de mi amiga que vive en el piso 2, escuché gritar a su vecina del piso 7.  

En ese momento, me acordé de Sheila y del obrero que trabajaba en su casa, y me sentí muy identificada. Si me avergonzaba que alguien pudiese escucharme gritar, más debiera avergonzarme lo que mi hijo pudiera pensar. Por otro lado, aunque sean escasas las veces que le gritase, eran momentos en que tanto él como yo nos sentíamos mal, y que por tanto, no nos ayudaba en nada. Le estaba enseñando a mi hijo a gestionar la frustración con gritos y eso claramente no estaba en mis planes.

Así que sin subirme de lleno al desafío del rinoceronte naranja, creé mi propio desafío personal

Lo llamé desafío naranja, para recordarme el origen de la idea y estar de alguna manera conectada a la gran comunidad, y elegí como mascota un hipopótamo en lugar de un rinoceronte. Uno tiene que hacer y elegir aquello con lo cual se identifica más.

Consiste en hacer una serie de acciones simultáneas para crear una nueva actitud, y por lo tanto, un nuevo hábito.

No me he puesto un año, me pongo metas más cortas y a cada una le pongo un título diferente:

Un día sin gritar
Una semana sin gritos ni violencia
El mes de la paz y la tranquilidad.
Otoño, la estación de los abrazos y los besos

Me he trazado un plan,  por el cual, he diseñado una serie de estrategias y tácticas para conseguirlo. A día de hoy me siento más conciente con mis reacciones y mis decisiones.

Otra de las tácticas que he elegido, es usar una palabra clave que me recordara rápidamente mi plan y me trajera de vuelta. Por supuesto, elegí la palabra hipopótamo. ¿Por qué? Porque la palabra hipopótamo tiene más fuerza, me gusta más y es uno de los animales preferidos de mi hijo.

Así que le he dicho a mi marido, que si me ve gritar o ponerme nerviosa, que utilice esa palabra mágica en vez de contradecirme en público o delante de mi hijo.

Funciona. (Aunque da gracia imaginarse la escena: yo a punto de gritar y mi marido llamándome hipopótamo! jajaja)

Y ahora parace que para él también. Es nuestro código secreto. ;)

Ahora bien, para ser realista, estas estrategias para no gritar y estar asertiva y calmada, pueden funcionar por un tiempo, pero seamos sinceras. La vida agitada, el estrés, y la misma dinámica de la crianza de los niños, hacen insostenible cualquier desafío de este tipo a largo plazo. Lo que hay que hacer es crear un HÁBITO.

Lo he pensado muy bien. Por lo tanto, el plan incluye más cosas. 

Por ahora, decir que empezar con un propósito, un plazo corto y una palabra mágica está bien. Luego te iré contando más cosas, a modo de guía que iré preparando cada semana (si el tiempo me lo permite), que a mí me han funcionado para que puedas ir incorporando a tu estrategia a medida.

A ver cómo les va, y nos cuentan, que aquí entre amigas nos pasamos los datos y nos hacemos la fiesta. Porque de eso se trata el desafío, de tomarlo con calma y como un juego, con responsabilidad, pero con gusto.

Están preparadas?? A jugar!