Esta semana recibí la visita de una amiga que vino desde
lejos, y la última noche antes de su vuelo, fuimos a cenar a un restaurante de
la zona con toda la familia.
Lógicamente quería llevarla a un lugar entretenido y de buen comer y donde
pudiéramos estar tranquilos con Lorenzo que es un bebé.
Opté por ir a un sitio donde había estado en el mes de su
inauguración, pues recordaba lo bien atendida que había estado, incluso su
dueño nos comentó algunos detalles de la decoración que nos hizo la estancia
más acogedora.
Sin embargo, en esta oportunidad, la historia resultó
diferente.
Había pasado tiempo desde aquella inauguración, y como casi
todos los lugares de la zona, se había puesto de moda. Ahora estaba lleno
total. Y el dueño no atendía personalmente.
Fueron al menos 5 los motivos, que describo a continuación,
y por los cuales no volvería a comer en este restaurante, ni lo recomendaría
por nada del mundo.
1- Llegar con tu familia y que nadie del personal te reciba
ni te ofrezca una silla de bebé para comer
2-Que en la carta no haya opción de porciones o extras de
verduras o frutas.
3- Que pidas un plato caro y en su lugar te traigan puras
papas y nada de lo que dice “gourmet”
4-Que no haya cambiador en los baños. Ni hablar en los baños
de ellos.
5-Que la zona no fumadores sea sólo adentro y no haya buena
ventilación.
Seguro hay otros motivos más, pero estos son los que me acuerdo
porque me molestaron mucho.
Y tú qué dices, ¿qué cosas imprescindibles tiene que tener
un sitio para ir a comer con tu bebé y qué cosas harían que no recomendaras un
restaurante?